Carlos Carballeira Fotógrafo Ferrol

Beatriz y Alejandro

Una de las cosas geniales que tiene Ferrol es que todos los que vivimos en el centro, desde la Plaza de España hasta la plaza de Amboage, nos conocemos de vista o por lo menos estamos relacionados de alguna forma: amigos comunes, lazos de familia, colegios compartidos, parques en los que jugábamos o calles por las que paseábamos una y otra vez… Y esto nos sucedió con esta pareja: amigos comunes, compañeros de cole y tantos y tantos lazos que nos hicieron conectar con ellos desde el principio. Vinieron a vernos a nuestro primer estudio de fotografía en Ferrol, el de la calle Magdalena, y pasamos un montón de tiempo charlando acerca de todas esas casualidades, desde dónde está la cafetería “Chocolate”, las fotos que hicimos en la jura de Alejandro o la casa de su abuela Bea…y aunque no tenían clara aún la hora de la ceremonia, sí sabían que sería en la capilla de la Merced en el Tirso de Molina y la celebración en el Pazo do Monte. Aunque nos contrataron un año antes, teníamos ya otra boda contratada, así que me froté las manos porque me tocaba a mí, jejeje. El tiempo vuela cuando se espera algo grande y así cuando nos dimos cuenta era el 11 de agosto de 2018, un día precioso, un sol de agosto de los de cielo azul y allí estaba yo con el equipo de Visualtec para hacer que la boda de Bea y Capi fuese inolvidable. Llegaron cada uno en un coche antiguo del que conocíamos al chófer (Ferrol es un pañuelo, ¿os lo había comentado?) nerviosos lo justo pero sobre todo muy ilusionados. Más nerviosas estaban las sobrinas de arras que hasta hicieron una simpática sentada justo antes de la entrada de la novia. La ceremonia preciosa y muy emocionante, el sacerdote los conocía bien y compartió algunas anécdotas escolares de lo más divertidas. Pero sin duda el plato fuerte lo pusieron los discursos de sus amigos, que me conmovieron porque reafirmaron lo que yo pensaba: que son una pareja muy querida y super acogedora. De tiempo íbamos fenomenal, así que nos marchamos tras la lluvia de pétalos al Pazo, donde aprovechamos todos sus rincones, tan bonitos y tan perfectos para enmarcar una sesión fotográfica que resultó muy fácil… Bea estaba como es, guapa a rabiar y preciosa con su vestido de encaje que le sentaba como un guante, impresionante. Y Capi es tremendamente fotogénico, con una mirada intensa y una sonrisa contagiosa. Entramos en el cóctel con momentos robados de 10, fotos de grupo divertidas y muchos muchos selfies. Toda la decoración del Pazo y del salón estaba cuidada para ser muy personal, con fotos de los novios y guiños a su forma de ser. La verdad fue un lujazo compartir vuestra boda chicos, muchas gracias por elegirnos y ¡¡¡enhorabuena!!!
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